lunes, 28 de noviembre de 2011

Adios Giant Trance, Adios...


Hola a todos,

Ayer fue finalmente el día. Después de unas semanas de que si te compro, que si te vendo, que si tu que si yo, ayer sucedió.

Mi vieja Giant Trance ha ido a parar cerquita de casa. Por el camino iba pensando todas las aventuras y desventuras que hemos vivido juntos, alegrías y sufrimientos, todas esas cosas que la bici te da y que hacen que se acabe convirtiendo en una especie de droga que te engancha hasta el fondo de tus venas.

Se me hizo raro sacarla del coche y saber que probablemente nunca más la vería. Saqué su negro cuadro, monte sus ruedas y me dirigí a la casa de su nuevo dueño. La cosa fue rápida, explicar un poco algunas cosas de la bici y poco más. Ahora solo me quedan sus fotos y sobre todo, los recuerdos de esos 5 años que hemos pasado juntos por montañas, caminos, senderos, marchas…

Cuando la compré, era claramente mi bici “principal” así que la configuré como rodadora, le puse manillar plano, estrecho y una potencia larguita. Y con el tiempo, tras comprar mi rígida, vi que debería convertirse en algo más rutero, ponerle un manillar de doble altura más ancho, una potencia más corta, hacer las ruedas tubeless…todo el verano estuve pensando en que hacer, si reforma o cambio por bici nueva. Me costó decidirme y no fue hasta Septiembre cuando la balanza se inclinó definitivamente a la compra de una nueva.

 
Justo antes de venderla...
5 años dan para mucho. Desde el primer día, la bici me vino como un guante, ni periodo de adaptación ni nada por el estilo. Con ella he atravesado los Picos de Europa en la primera gran ruta de varios días de mi vida, subiendo por las imposibles pendientes de su vertiente Leonesa. Con ella descubrí rincones impresionantes de la sierra de Guadarrama, desde San Martín de Valdeiglesias hasta Somosierra. Con ella he escudriñado hasta el último rincón de la casa de campo de Madrid. Con ella me peleé en la sierra de Gredos contra el calor y las rampas que existen entre Toledo y Ávila. Con ella pude rodar como en un colchón en los pedregosos caminos de la serranía de Guadalajara. Con ella pude ofrecer una bicicleta “de cortesía” a un gran amigo gallego de visita por Madrid (pena que al final no te quedases con ella!!!) e inventarnos por los senderos de Cercedilla el término “territorio Trance”. Con ella he participado en algunas de las marchas clásicas de Madrid. Con ella descubrí que el infierno en realidad es frío y está en las cumbres de Somosierra en primavera. Con ella vi que puede nevar una barbaridad en pleno Mayo entre Madrid y Segovia. Con ella compartí magníficos momentos con unas garrapatas montañeras afincadas en Villalba y alrededores. Con ella estuve a punto de abrirme la crisma en el cordel de Valdeloshielos, de vuelta desde el puente de la marmota…con ella…tantas cosas que sería imposible ponerlas todas por aquí

Así que valga esta entrada de despedida, de una bici que me ha servido fielmente y sin ningún problema a lo largo de estos 5 años. Tanto, que incluso ayer, toda ella funcionaba a la perfección, sin hacer un solo ruido. Aquí dejo unas cuantas fotos, espero que os gusten

Leb wohl Giant Trance! Bye bye! ¡Que te vaya bonito!

En el rally de los Embalses 2008
Sufriendo en el Dual-Cross de San Martin de Valdeiglesias 2007
Carril bici en la primavera de 2010, tras mi operación de varices

Por las minas de plata de Hiendelaencina, Guadalajara

En el collado de los Pastores, la Pedriza, Madrid
Por una nevada casa de campo en 2009

Y un día cualquiera por la casa de campo

Conquistando los picos de Europa en Septiembre de 2009

En la Marathon Sierra Norte 2009

En el lago de Sanabria, verano de 2007

En la nevada Fuenfría